miércoles, 30 de septiembre de 2015

CONCIENCIA DE SI Y CONCIENCIA OBJETIVA

CONCIENCIA DE SI Y CONCIENCIA OBJETIVA

Hay dos estados de conciencia posibles para el hombre, pero sólo le son accesibles después de dura y prolongada lucha.

Estos dos estados superiores de conciencia se llaman "conciencia de si" y "conciencia objetiva”.

Generalmente creemos que poseemos la conciencia de si, es decir, que estamos conscientes de nosotros mismos, o en todo caso que podemos ser conscientes de nosotros mismos en el momento que lo queramos; pero en verdad "la conciencia de sí" es un estado que nos lo atribuimos sin ningún derecho.

La "conciencia objetiva" es un estado del cual no sabemos nada.

La conciencia de si es un estado en el cual el hombre llega a ser objetivo para consigo mismo, y la conciencia objetiva es un estado en el cual entra en contacto con el mundo real, u objetivo, del cual ahora está separado por los sentidos, sueños y estados subjetivos de conciencia.

Se puede hacer otra definición de los cuatro estados de conciencia desde el punto de vista de la posible cognición de la verdad.

En el primer estado de conciencia, es decir, en el sueño, no podemos saber nada de la verdad.

Inclusive si nos llegan algunas percepciones o sentimientos reales, estos se mezclan con los sueños, y en el estado de sueño no podemos distinguir entre los sueños y la realidad.

En el segundo estado de conciencia, es decir en el sueño despierto, sólo podemos conocer la verdad relativa, y es de allí de donde viene el término "conciencia relativa".

En el tercer estado de conciencia, o sea en el estado de conciencia de si, podemos conocer toda la verdad sobre nosotros mismos.

En el cuarto estado de conciencia, es decir en el estado de conciencia objetiva, se supone que somos capaces de conocer toda la verdad sobre todas las cosas; podemos estudiar "las cosas en si mismas", "el mundo tal como es".

Esto está tan lejos de nosotros que ni siquiera podemos pensar sobre ello de manera apropiada, y debemos tratar de comprender que hasta las vislumbres de conciencia objetiva sólo pueden llegar en el estado plenamente desarrollado de conciencia de si.

En el estado de sueño podemos tener vislumbres de conciencia relativa.

En el estado de conciencia relativa podemos tener vislumbres de conciencia de si.

Pero si deseamos tener períodos más prolongados de conciencia de si y no meramente vislumbres, tenemos que comprender que éstos no pueden producirse por si mismos, necesitan acción voluntaria.

Esto quiere decir que la frecuencia y la duración de los momentos de conciencia de si dependen del dominio que uno tenga sobre si mismo.

Quiere decir entonces que la conciencia y la voluntad son casi una sola y misma cosa, o en cualquier caso aspectos de la misma cosa.

Debemos comprender ahora que el primer obstáculo en el camino del desarrollo de la conciencia de si en el hombre es su convicción de que ya la posee, o en cualquier caso, de que la puede tener en el momento en que lo desee.

Es muy difícil persuadir a un hombre de que no está consciente, ni de que tampoco puede ser consciente a voluntad.

Es particularmente muy difícil porque la naturaleza hace aquí una jugarreta muy graciosa.

Si se le pregunta a un hombre si está consciente, o si se le dice que no está consciente, contestará que si lo está, y que es absurdo decir que no lo está, porque lo está oyendo y lo comprende.

Y tendrá toda la razón, aunque al mismo tiempo esté totalmente equivocado.

Esta es la jugada que le hace la naturaleza.

Tendrá razón porque su pregunta o su observación lo habrá vuelto vagamente consciente por un instante.

Un momento después la conciencia desaparecerá.

Pero recordará lo que usted le dijo y lo que él contestó, y por supuesto considerará que está consciente.

¿Qué significa el adquirir la conciencia de si?

En realidad el adquirir la conciencia de si significa un prolongado y duro trabajo.

¿Cómo podría un hombre estar de acuerdo con trabajar asi, si cree que ya posee exactamente lo que se le promete como resultado de un prolongado y duro trabajo?

Naturalmente, un hombre no comenzará este trabajo ni lo considerará necesario, hasta que no llegue a estar CONVENCIDO de que no posee ni conciencia de sí ni todo lo que esté relacionado con ella, es decir, la unidad o individualidad, el "Yo" permanente y la voluntad.

Esto nos trae al asunto de las escuelas, ya que es sólo en escuelas especiales donde se puede dar el desarrollo de la conciencia de si, de la unidad, del "Yo" permanente y de la voluntad.

Esto debe ser comprendido claramente.

Ouspensky



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